REFLEXIÓN

A lo largo de la asignatura hemos visto y aprendido que el derecho fiscal no solo es un conjunto de normas, sino un sistema que sostiene la relación entre el Estado y los ciudadanos. Comprender cómo funciona esta dinámica me hizo darme cuenta de que los impuestos no son simples pagos obligatorios, sino el soporte de muchos de los servicios que nos permiten vivir en sociedad. Sin embargo, también descubrí que el sistema fiscal puede resultar complejo y abrumador cuando no se tiene claridad sobre sus reglas o principios.

Algo que me marcó es la importancia de la transparencia y de la educación fiscal. Entender cómo se administran los recursos que aportamos, qué principios rigen la actividad financiera del Estado y por qué existen ciertas obligaciones nos ayuda a ver el sistema con otros ojos y a cumplir con mayor responsabilidad. También fue significativo reconocer que, además de obligaciones, los contribuyentes contamos con derechos que muchas veces desconocemos, como recibir orientación, asistencia y un trato justo.

La parte tecnológica, como el uso de plataformas digitales, mostró cómo el sistema fiscal evoluciona constantemente. Aunque facilita muchos procesos, también puede representar un reto para quienes no están familiarizados con estas herramientas, lo que refuerza la necesidad de acceso a información clara y acompañamiento adecuado.

Por otra parte, aprender sobre las facultades de las autoridades fiscales, las infracciones y los medios de defensa me hizo reflexionar sobre el equilibrio que debe existir entre la vigilancia del Estado y la protección del contribuyente. Saber que existen mecanismos como el amparo brinda cierta tranquilidad, pues garantiza que cualquier exceso pueda ser cuestionado.

En conjunto, esta materia no solo me permitió entender cómo se organiza el sistema fiscal, sino también valorar la importancia de la responsabilidad mutua: un Estado que actúe con justicia y ciudadanos informados que cumplen de manera consciente.